lunes, 13 de abril de 2015

Él,antes que ningún otro.

Se acabó. 
Esta vez no era solo una verdad,esta vez era enserio,se había acabado para siempre.
¿Que como lo sabía? Pues de la forma que me ignoraba. No se conectaba por mi,no me escribía y sobretodo no pasaba por mi portal para verme. Y ahí entendí que no íbamos a besarnos de nuevo como prometimos al cortar. No nos diríamos “adiós” más veces,como de costumbre. 
Pusimos fin a eso de comernos el mundo a bocados o comernos a nosotros a besos.
¿Pero sabes que?
Le amé.
De una única manera y absolutamente en todas sus facetas. Compartimos silencio cuando no quería hablar. Y me sujetaba de la mano cuando estaba apunto de tocar el vacío.
Aunque,luego,apuntó con su peor arma y disparó. No tubo reparos.
Fuimos felices de cojones. Joder que si lo fuimos.
Yo le decía que estaba loco,pero de remate y me respondía “por ti” y eso me volvía loca a mi.
Y hace tiempo, quizá desde que se fue sin dejar rastro, la vida sigue como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.
Él era duro pero decía que no. Era mi niño,suficientemente maduro como para gritarme al oído que me amaba y sonreír como si fuese verdad. 
Os lo aseguro,nunca me había enamorado de una mentira más preciosa.
Realmente nunca le olvidé, quizás porque no pude, o quizás porque no quería, quien sabe. Pero tenía claro que no quería conocer a otra persona.

‘Y es que,
siempre va a ser él
antes que ningún otro.’

Su sonrisa era perfecta. La verdad es que todo él era perfecto. Supongo que su único defecto era yo.
Pedí sin duda un billete de tren a sus clavículas pero a cambio ahora lo único que sabe hacer es descarrilar trenes con otra. 
Y se que estoy jodida ya que me es imposible salir sin llegar borracha a casa. Un chupito por cada recuerdo.
El gran Sabina hablaba de amores, de que enamorarse más de la cuenta era una mala inversión. 
Eh,adivina,estoy en quiebra.

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