Ya no vamos a recorrer los siete mares, ni a jubilarnos en las Fiyi,al menos no juntos.
Y fingiré que no me importa como suelo hacer cada domingo con tus caminos de ida y vuelta.
Esta vez te contaré la verdad. Estoy tirada en la cama repasando en mi mente cada uno de tus besos. Y se que estoy realmente mal porque me cuesta aparentar una sonrisa.
Llegaste tú y desde ese día ya no espero a nadie más. Ojalá sientas esa horrible sensación de "ya nada es como antes".
Entérate que he soñado contigo casi todas las noches esta semana y que también hay una canción que encontré,la que de alguna forma me hace pensar en ti por las mañanas.
Creo que estaba esperando a que te quedaras.
¿Has pensado en llamar cuando has tenido tiempo? ¿O está contigo tu apreciado amigo,orgullo? Si es así no importa,solo me interesa saber si tu corazón sigue abierto para enterarme de la hora a la que cierra.
Intuyo que es tarde,pero seguiré intentando entrar.
Querido tú,llevo escribiendo esta carta desde hace cuatro meses y no se como acabarla ya que desearía ponerle un final feliz. Me gustaría no decir que terminaré siendo una anciana escuchando piezas de música que nos recuerden. Me gustarían muchas cosas y una de ellas se trata de andar recogiendo tus pedazos a base de besos.
Tan extraño,tan sin ti. Tan todo que te recuerda. “Te echo de menos,pero me he esforzado por que no se me note tanto,y me he acostumbrado. Ya sé que eso no es bueno.” Pero desde que no estás casi nada lo es.