Perdí el norte intentando encontrar donde quedó lo nuestro,deseando descubrir porque estabas tan tan lejos. Porque de una noche a una madrugada dejaste de quererme.
Y bueno,aquí sigo,perdida pero sin ganas de encontrar; encontrarte otra vez y aunque sus brazos no abriguen igual que más dará,a quien le interesa que sea yo la única que nos eche de menos.
He borrado tus iniciales de la agenda,junto la fecha que marcó mi vida,lo que para mi significó un intento de arreglar el corazón que sin duda cariño,dejaste hecho trizas en el peor momento.
A pesar de eso,tambien he ido recogiendo tus regalos y recuerdos,las fotos pisándote los pies al bailar ese Vals en el que me enseñaste que se puede amar lento y como locos.
He dejado todos los huecos de mi habitación al descubierto.
Te haría mil preguntas a las cuáles seguro no recibiría respuestas. Dime donde quedaron olvidados nuestros planes,nuestras promesas. En cuantas camas ajenas llevas perdiendo el tiempo...
El tabaco,vodka y mil cafés fueron el remedio perfecto para estar de pie ante tanto caos que se me vino encima después de ti,después de nosotros. Y aunque juraste mil veces que caminarías conmigo hasta el final,no me concedí el honor de ser la primera en abandonar tu pacto,porque lo había considerado más mío que tuyo. Deseaba más yo que tú,quedarme al abrigo de tus labios.
Siempre he estado segura de algo,nunca otras caricias se me han clavado igual,tanto como para desear volver al lugar del crimen aún pasados doscientos catorce días desde que no me las das,ya sabes que fui más tuya que de nadie.
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